¡Desastre! Datos desordenados, malas interpretaciones y decisiones absurdas
Richard Golian12 de febrero de 2025 English Slovenčina
Tengo una relación peculiar con los datos desordenados. Por un lado, pueden volverme loco: hay ocasiones en las que exploto como un volcán al darme cuenta de que se tomaron decisiones incorrectas debido a ellos. Especialmente cuando el problema lleva mucho tiempo ocurriendo y ha tenido un impacto negativo significativo. Y, en particular, cuando me doy cuenta de que podría haber identificado el problema mucho antes. Por otro lado, resolver este tipo de situaciones me lleva a un estado de flujo, un estado en el que me sumerjo profundamente en el problema y desconecto del mundo exterior.
He llegado a darme cuenta de que probablemente me aburriría en un lugar donde todo estuviera perfectamente organizado, donde toda la información fuera precisa, todos supieran exactamente qué nos dicen los datos y pudieran colocarlos en el contexto más amplio de la organización.
Un ejemplo de un lugar así es un organismo demasiado simple. En el pasado, cuando me ofrecieron un puesto en uno de los proyectos de comercio electrónico más reconocidos de Eslovaquia, no me interesó cambiar de trabajo. Pero, al mismo tiempo, me pregunté: ¿qué podría aportar significativamente allí? Es un negocio demasiado simple: compran y venden, compran y venden. No me emocionó en absoluto. No vi ninguna aventura intelectual en ello, ni una oportunidad de enfrentarme a situaciones completamente nuevas y aprender algo nuevo al resolverlas.
Mi lugar está en otro lado: en la jungla. Un lugar que, a primera vista, parece caótico e imposible de navegar. Un lugar donde la mayoría de las personas solo conoce su área específica de especialización. Y es en esos momentos cuando el trabajo se vuelve realmente disfrutable para mí. Es cuando medio día pasa volando como si fueran solo treinta minutos.
Esta “jungla” puede verse muy diferente dependiendo de la situación. No quiero entrar en detalles; lo mantendré general, aunque me doy cuenta de que esto podría hacerlo menos claro para el lector. Todo comienza con que es uno de esos organismos más complejos. Y en un organismo así, puedes encontrarte con cuatro tipos de desafíos relacionados con el trabajo con información y los desastres que pueden surgir de ellos.
El primer desafío surge cuando una persona responsable no trabaja con los datos que debería estar utilizando para tomar decisiones. Esto puede deberse a una falta de enfoque, conocimiento o tiempo, o, peor aún, a un desprecio deliberado de los datos, a pesar de saber que entenderlos llevaría a tomar mejores decisiones.
El segundo desafío implica datos inexactos, como números incorrectos. En muchas organizaciones, esto podría significar estadísticas, informes o paneles de control que no funcionan correctamente debido a errores en la recopilación o cálculo de los datos.
El tercer desafío es tener datos precisos, pero que nos dicen algo diferente de lo que pensamos. Por ejemplo, un informe sobre la cantidad de ciertos artículos que, por razones lógicas, no muestra algunos elementos que debería, o que solo los muestra después de aplicar un filtro específico.
El cuarto desafío es saber qué nos dicen los datos, pero no poder colocarlos en el contexto de un sistema complejo. Básicamente, no entendemos completamente qué están comunicando los datos o qué relaciones necesitan considerarse para trabajar con ellos de manera significativa. Actuar basándonos en los datos sin comprender el contexto más amplio puede llevar al desastre.
Los desafíos tercero y cuarto están estrechamente relacionados con la interpretación de los datos. Podría darte ejemplos en los que un aparente “0” en algunas estadísticas no significaba realmente “0” en la realidad. En cambio, cuando alguien con un profundo conocimiento del sistema lo examinó en contexto, supo exactamente qué representaba ese “0” y reconoció las complejidades de la situación.
Aquí viene la parte interesante: podrías pensar que en tu organización estás observando todos los datos que deberías, que tienes datos precisos y que todos (no solo tú, sino también tus colegas) los interpretan correctamente y actúan con confianza en base a ellos. Pero cuidado, este es a menudo el origen de los mayores desastres. En organizaciones más grandes, encuentro muy probable que te enfrentes a uno de estos desafíos tarde o temprano. Así que aquí está mi consejo: mantente alerta.
Vivimos en una era en la que la precisión y la rapidez de la información son increíblemente valiosas. Lo opuesto a esto, el mal uso de la información, las inexactitudes o las malas interpretaciones, aumenta significativamente la probabilidad de desastres. Enfoquémonos en reducir estos riesgos mejorando cómo trabajamos con los datos. Tiene sentido.